lunes, 4 de agosto de 2014

Rambla Barrachina, Teruel

¿El cañón del Colorado? ¿El lejano oeste?  ¡No! La Rambla Barrachina de Teruel


En las inmediaciones de Teruel nos encontramos con un paisaje que bien podría ser de otro continente, un lugar con un halo mágico, un lugar para perderse durante unas horas.

Saliendo de Teruel por la N-330, dirección Cuenca, a poco más de 2 kilómetros a mano derecha, entre los kilómetros 299 y 298, nos encontramos con un paisaje que bien podría servir de escenario para una película de indios y vaqueros, un lugar con un encanto especial, La Rambla Barrachina. 




La Rambla Barrachina es uno de los paisajes más desconocidos y espectaculares de la provincia, se trata de un barranco en que el tiempo, el agua y el viento, se han encargado de moldearlo y transformarlo en un paisaje árido. La paz que se respira en él, junto a los colores de tierras y estratos que van desde el blanco, los rojos y amarillos con toda una gama de ocres, el azul del cielo y el verde de la poca vegetación que en él trata de sobrevivir. Hacen que olvides donde estas y dan la sensación de que de un momento a otro van a salir los indios montados en sus caballos. Los buitres, que sobrevuelan formando círculos contribuyen a ello, las cornisas de las altas paredes les sirven para posarse y esperar a sus presas, el sonido de los córvidos y su eco...





El paisaje cambia de color según las horas del día, el sol incide en las arcillas, en los grandes mallos y en las paredes verticales que tanto nos recuerdan al Gran Cañón del Colorado, en el que nunca hemos estado pero, que tantas veces hemos visto en las películas.







La imaginación vuela libre igual que esos buitres, el Séptimo de Caballería se nos viene a la cabeza, los indios Sioux, Toro Sentado y sin darnos ni cuenta vamos silbando la banda sonora de "El bueno, el malo y el feo". De pronto nos asalta una duda... ¿estamos en el siglo XXI? ¿Estamos en la península Ibérica? 

A lo lejos cuatro jinetes se nos están acercando, al llegar a su altura, casi instintivo y sin darnos cuenta les saludamos:


- ¡Hao! ¿Dónde ir este camino?


- A los que nos contestan, no sin poco cachondeo -¡Hao Forasteros! todo recto llegar a Teruel.


- Gracias, por un momento pensábamos que nos encontrábamos en Arizona.


Después de unas risas y de comentar las peculiaridades del lugar nos despedimos de ellos.


Es un paisaje diferente, simplemente espectacular y con unas posibilidades fotográficas enormes para los aficionados a ellas. Echarle imaginación y ya veréis....... 

                            THE END

Gracias por tu visita ¡¡Hasta pronto!!
                                             
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